CASA BLQ
NUEVO QUILMES, BUENOS AIRES
Ubicación: Nuevo Quilmes, Buenos Aires
Proyecto y Dirección: Arq. Luciano Kruk
Coordinación de proyecto: Arq. Ekaterina Kunzel
Coordinación de dirección de obra: Pablo Magdalena
Colaboradores: Arq. Andrés Conde Blanco, Arq. Belén Ferrand, Denise Andreoli, Dan Saragusti
Fotos: Daniela Mac Adden
Edición de Memoria: Arq. Mariana Piqué
Superficie del terreno: 1000 m²
Superficie a construir: 200 m²
Año de construcción: 2017
Casa BLQ se sitúa en el barrio cerrado Nuevo Quilmes, ubicado en la salida del km 17 de la autopista que vincula Buenos Aires con La Plata.Debido a la cercanía con el centro de la ciudad de Buenos Aires, el barrio evidencia una densidad urbana media, presentando lotes de dimensiones relativamente acotadas.
El predio, originalmente libre de vegetación, es delimitado por un polígono cuadrangular irregular. Sobre el frente, una diagonal lo recorta en línea paralela a la calle.
El cliente, una pareja con dos hijos, nos encargó la que sería su casa de residencia permanente. Debía organizar tres dormitorios: uno principal con vestidor y cuarto de baño en suite y otros dos con baño compartido. Se solicitó un escritorio vinculado al área social como espacio de trabajo para el padre de la familia. Así mismo, se manifestó el deseo de que la casa tuviese una amplia galería y que ésta estuviese equipada con un sector de parrilla. La pareja puso especial énfasis en el deseo de que la vivienda se recogiera de la calle y se abriera al espacio privado en busca de intimidad.
El Estudio propuso organizar el programa en un único volumen de hormigón visto que longitudinalmente tomara el máximo ancho edificable del lote y cuya envolvente se abriera hacia el espacio verde posterior.
Las funciones programáticas fueron ordenadas situando, al frente, los espacios destinados al acceso, la circulación y los cuartos de baño. Este sector ofició de fuelle visual y sonoro entre la calle y el resto de los espacios que, por su destino más noble, se dispusieron al contrafrente, dotados de amplia apertura hacia el cielo y el jardín.
El sistema estructural de hormigón armado no solo sirvió a la vivienda de esqueleto resistente, sino que su función fue ampliada a la de organizador espacial.
Dos vigas continuas corren paralelas en la dirección longitudinal del volumen, soportando la losa sobre la planta baja, esquema que se repite en la planta superior. Los laterales se cierran mediante tapas ciegas que, además de otorgar privacidad a la vivienda, sirven de apoyo a estas vigas de grandes luces. Esta configuración estructural aporticada permite trabajar libremente los cerramientos del frente y del contrafrente y, a su vez, generar en planta baja un gran espacio central -contenedor del estar-comedor- libre de apoyos. La gran tapa de hormigón del frente, gracias a su condición de viga, permite transparencias en el cerramiento del nivel inferior, posibilitando fluidez visual calle-jardín. Los locales privados de la planta alta se acristalaron en estrecha relación con el espacio exterior. A su vez, la suite principal expande a un solar descubierto exclusivo provisto de amplias vistas al jardín.
Respecto al control solar pasivo, al frente, el elemento de cierre de hormigón protege térmicamente a la vivienda en su cara menos asoleada, la sudeste. Al contrafrente y sobre la expansión de los locales privados se dispone una serie de tabiques verticales en voladizo con el propósito de resguardar el espacio interior de la incidencia del sol del oeste mientras que un alero horizontal -que recorre la planta alta de extremo a extremo- lo hace del sol vertical del norte. Esta expansión en planta alta constituye la cubierta de la galería de la planta baja, espacio de transición entre el área social interior y el verde. Esta galería contribuye a generar una gradación entre ambos espacios, preservando al interior de los factores climáticos externos y posibilitando actividades sociales en un exterior protegido.
Se buscó claridad en los medios tectónicos, sencillez en la construcción y pureza en los materiales. El empleo del hormigón permitió organizar el espacio, expandirlo, fluidificarlo, liberarlo, abrirlo y vincularlo al paisaje. La estructura portante y la espacialidad se constituyeron en una unidad formal integrada, siguiendo la concepción miesiana de la arquitectura como expresión de la estructura.