EDIFICIO ARMENIA 1929/33
PALERMO, BUENOS AIRES
Ubicación: Palermo, Ciudad de Buenos Aires, Argentina
Proyecto Original Armenia 1933: Besonías – Kruk
Proyecto de ampliación Armenia 1929: Luciano Kruk
Coordinación de proyecto: Arq. Belén Ferrand
Coordinación dirección de obra: Arq Belén Ferrand
Colaboradores: Arq. Andrés Conde Blanco, Arq. Ekaterina Künzel, Alice Salamone, Christian Studer
Edición de memoria: Arq. Mariana Piqué
Fotos: Daniela Mac Adden
Superficie del terreno: 900 m²
Superficie a construir: 3200 m²
Año de construcción: 2013/2014/2015
El edificio Armenia se sitúa en el barrio de Palermo Soho de la ciudad de Buenos Aires. En la última década, este barrio ha venido consolidando un proceso de densificación mediante su fortalecimiento como polo gastronómico, cultural, comercial y turístico, lo cual lo ha renovado y ha elevado el valor de sus tierras.
El edificio se sitúa en un lote sobre la calle Armenia, calle de ancho típico y añosa arboleda, a tan solo veinte metros de una plaza verde de igual nombre.
El cliente -un grupo de inversores- propuso realizar, aprovechando el potencial de la zona, un edificio de viviendas residenciales que incluyese un zócalo comercial sobre la planta baja. Este debía estar compuesto por una variada cualidad de unidades habitacionales. Se subrayó la intención de que la mayor parte de los departamentos fuesen de un solo ambiente, con la intención de destinarlos a la renta temporaria a turistas; mientras que las unidades más espaciosas (de uno, dos y tres dormitorios) se dispondrían a la venta para residencia permanente. Se manifestó la intención de incluir espacios de uso común, áreas verdes, solárium y presencia de agua. En relación a la materialidad, los clientes ya conocían la trayectoria del estudio respecto a la estética de sus obras y su experiencia vinculada al empleo del hormigón visto, el cual consideraron adecuado, no solo por razones estéticas sino también de mantenimiento, prácticamente nulo.
La síntesis del proyecto consistió en la organización del edificio en dos bloques compactos conectados mediante una plaza seca, corazón del proyecto. La altura de los bloques fue determinada por la altura máxima permitida por la zonificación: planta baja más cuatro pisos. Las plantas del bloque del frente se retiran escalonadamente acorde a los requerimientos del código. El bloque posterior realiza el mismo gesto a fin de conseguir un mejor asoleamiento, aire y vistas, retranqueándose en los pisos superiores generando apertura hacia este patio central.
Se buscó que este espacio no fuese un espacio confinado. La planta baja libre conecta –pasando por debajo de los bloques edificados- el espacio de la calle, con el patio central y el espacio abierto posterior. Al frente se disponen los locales comerciales en doble altura, los cuales, retirados de la línea de fachada, amplían el sector de vereda. Intersticialmente a los locales se ubica el acceso, sector que no presenta plano de cierre que obture la entrada de aire exterior al resto del conjunto, delimitado por tan solo una reja. El aire exterior atraviesa toda la planta atenuando la transición entre el espacio público y el espacio privado.
En relación a la organización en planta, ambos bloques se ordenan sobre una grilla ortogonal. Esta grilla se articula bilateralmente a uno y otro lado de un eje que atraviesa longitudinalmente al lote de silueta trapezoidal. Cada bloque cuenta con su propio núcleo circulatorio, ambos dispuestos linealmente sobre este eje.
Conjuntamente a la silueta del lote, la diversidad tipológica de las unidades -explicitada en el pedido del cliente- y la intención de lograr viviendas bien asoleadas, aireadas y con buenas vistas, representaron el mayor desafío del proyecto.
En relación a la fachada, se diseñó un sistema de brise soleil -compuesto por tabiques de hormigón verticales y horizontales- como artefacto de control solar y para resguardar a las unidades de las vistas desde la calle.
Además del patio central de la planta baja -para el cual se proyectó forestación natural- el complejo cuenta, en el segundo nivel y balconeando hacia este patio, con un solárium y un espejo de agua de uso común.
La plaza seca de la planta baja presenta espacios semicubiertos capaces de ser utilizados como guarda coches mientras que el subsuelo –al cual se accede por medio de un monta autos- provee de cocheras y bauleras privadas.
En un estadío de obra ya avanzado el comitente adquiere el lote frentista contiguo para ser incorporado al proyecto. Esto obligó a la adaptación del proyecto original. Se incorporaron nuevos locales comerciales a la calle. Las unidades de vivienda –que ascendieron a treinta y cuatro- se integraron al esquema existente, sirviéndose de los núcleos circulatorios del proyecto original. El parasol de la fachada fue modificado, incorporando a sus funciones la de constituirse como un elemento integrador de la imagen del nuevo edificio.
El hormigón visto se hace presente en toda la envolvente del edificio, así como en espacios comunes, núcleos circulatorios y fondos de losas; y los pisos, tanto interiores como exteriores, se constituyeron en cemento alisado. En contraste, para la tabiquería interior de las unidades habitacionales se recurrió a la mampostería de ladrillo, revocada y pintada de blanco. Las carpinterías de las viviendas se materializaron en aluminio anodizado color bronce oscuro; mientras que para el frente y la estructura interior que arma los entrepisos de los locales comerciales y para el resto de los elementos de herrería se eligió perfilería de acero negro.